A veces llega alguien y te pregunta: Cómo empezó todo? Y es justo en ese momento en el que te preguntas a ti misma ¿todo el que? o ¿que significa todo para ti? y de repente te teletransportas al mundo de los recuerdos, y tus ojos se van sin querer hacia el lado derecho de tu cara y tu ser se difumina y desaparece delante de tu interlocutor. El mundo se queda callado y empiezas a dibujar en tu mente ese todo buscando como empezó. El todo es para los «todistas» que seguro que son muchísimos. Pero para mi, el todo y el nada son relativos, dos fuerzas que equilibran los sistemas matemáticamente, lo que es todo para ti seguramente es nada para alguien… Tengo una amiga que se llama Irene y es «todologa» y la quiero por eso, por que sabe un poco de todo, por que se lanza a la piscina en cualquier momento, por que busca la manera de resolver cada una de las cosas por ella misma, y sobretodo, por que en algún momento de este escrito ha llegado a mi memoria para abrirse un hueco en este espacio a modo de homenaje a las mujeres que se re-inventan, que cumplen sus sueños, que viven en París y que se apoyan en todo.
Y después de esta breve introducción os confesaré que en este artículo el todo es Viajadora Permanente y el como empezó la pequeña historia que hoy tengo el placer de compartir con vosotros.
Hace dos años (en 2016 para los que no saben en que día viven) me encontraba en ese punto de tu vida en el que todo empieza a cambiar, sin querer un día te vas de casa motivada por ese trabajo que cubre con creces tus espectativas de prácticas y empiezas sin saber como a pensar en ese futuro que siempre habías estado esperando. El futuro se convierte en presente, y el verano se convierte en aire acondicionado en una oficina de marketing superando día a día primeras cagadas mientras esperas que llegue el fin de semana para volver a casa.
En medio de ese caos te encuentras a ti misma lanzando un potente mensaje desde dentro hacia fuera, como esas webs que dicen «Under construction» y empiezas a darte cuenta de que tu misma estas todavía por terminar y que tienes una oportunidad única de lanzarte a la piscina de cumplir sueños. Y así fue como un día convencí a Àngel, mi compañero de viajes y aventuras en aquel momento para que me ayudara a empezar con toda esta locura, y para los «todistas» diré que todo empezó en Vilafranca del Penedès el día 11 de agosto del 2016, cuando grabamos el primer vídeo que jamás editamos y tuvimos (después de algunas cervezas) definida la historia de como iban a ser los capítulos de la primera versión de Viajadora Permanente. Aquel verano en Reus fue sin duda el verano más productivo y el menos caluroso de mi vida.
Con unos pocos amigos de followers, y mucho aprendizaje que todavía estaba por llegar, empezó toda esta aventura que hoy es una de las partes que mejor describen mi trabajo y mi pasión por viajar. Aquel día no imaginaba, ni de lejos, que de la mano de Viajadora Permanente aprendería tantísimas cosas, tampoco imaginaba que habría gente que creería en mi proyecto. Nunca imaginé que este proyecto formaría parte de mi todo, pero el día que alguien me hizo aquella maldita pregunta supe que era más importante para mi misma de lo que yo creía y que aun me quedan algunos sueños por perseguir y como ya sabéis muchísimas aventuras por vivir.
¡Un abrazo!
Jú, #viajadorapermanente